29.5.11

CONTROL MÉDICO DURANTE EL EMBARAZO

El control prenatal (es decir, el control médico durante el embarazo) es de fundamental importancia. Este comprende el control de la salud tanto de la madre como del niño antes del parto. Este control  médico sera importantísimo para que ambos (madre e hijo)  puedan gozar de buena salud después del parto. 


La Organización Mundial de la Salud (OMS) considera saludable un embarazo si pasó por cinco controles prenatales.

Debe comenzar lo más precozmente posible: es decir, ni bien la mujer nota la falta de su menstruación, luego de confirmar el embarazo. A partir de allí realiza visitas periódicas al médico, análisis de sangre y orina y otros estudios complementarios.

El control médico incluye la elaboración de la historia clínica en la cual se anotarán los antecedentes familiares y personales de enfermedades previas al embarazo que pudieran influir en el desarrollo del mismo como diabetes, hipertensión arterial (presión alta), enfermedades de la tiroides, antecedentes de enfermedades hereditarias, etc.

Entre los antecedentes personales importan los hábitos como tabaquismo, trastornos alimentarios, consumo de alcohol, drogas y medicamentos. También tienen importancia los antecedentes ginecológicos como flujo vaginal, alteraciones menstruales, enfermedades o cirugías ginecológicas previas y métodos anticonceptivos usados.

Finalmente, se interroga sobre embarazos anteriores, si los hubiera, y las características y evolución de los mismos, duración, peso al nacer, complicaciones, parto y puerperio (posparto).

El examen físico incluye peso, altura, tensión arterial y pulso a los que se agrega el examen respiratorio, del aparato cardiovascular, digestivo y/o urinario según corresponda. La medición de la altura uterina permite controlar el correcto crecimiento del feto.

La toma del Papanicolaou y la colposcopía forman parte del control ginecológico junto con la observación de los genitales externos para diagnosticar la presencia de lesiones de origen viral que deban ser tratadas durante el embarazo. El tacto vaginal suele ser necesario aunque puede posponerse si no existen antecedentes ni signos de complicaciones.

La observación y palpación de las mamas completan el examen físico prenatal. En el último trimestre se instruye a la embarazada sobre la preparación de los senos para la lactancia. También es de suma importancia destacar el papel del curso de preparación integral para la maternidad.

Los estudios de laboratorio también deben ser realizados precozmente e incluyen el grupo sanguíneo y factor Rh, hemograma para diagnóstico y control de la anemia, glucemia (azúcar en sangre), estudios de coagulación y, finalmente, los análisis para el diagnóstico de enfermedades infecciosas como sífilis (VDRL), HIV, hepatitis B (Hbs Ag), toxoplasmosis y Chagas quedando a criterio del especialista la solicitud de todos o alguno de ellos.

La ecografía es un estudio complementario de importancia pues permite el control evolutivo del crecimiento del feto, ubicación de la placenta y la observación de la anatomía fetal.

De acuerdo a las normas del Ministerio de Salud, la única vacuna obligatoria durante el embarazo es la antitetánica. En algunos casos y de acuerdo a la necesidad, se administra la vacuna contra la hepatitis A y B.

Hacia el final del embarazo se repiten algunos de los análisis de sangre de acuerdo a la evolución del embarazo y es conveniente realizar un electrocardiograma.

Es preciso que la mujer embarazada reciba información sobre el tipo de alimentación y cuáles son los alimentos ricos en hierro, calcio y vitaminas mas convenientes.